sábado, 5 de junio de 2010

EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias

En el aprendizaje y el desarrollo de las competencias, Vargas problematiza el tema a partir de la nueva exigencia educativa; partiendo de la idea que muchos docentes y autoridades educativas tenemos una concepción equivocada de lo que implica la educación en base a competencias. En dicha problematización se pretende dejar en claro los conceptos de: competencias, aprendizaje, aprendizaje significativo y aprendizaje situado.
La reflexión inicia haciendo hincapié en la manera como nuestro sistema económico nos conduce a pensar que la educación es un proceso que debemos llevar a cabo solo para conseguir un mejor trabajo que nos permita disfrutar de un estilo de vida determinado y así mismo cuestiona sobre los logros que persiguen, por un lado el mundo del trabajo y los logros generales de la educación tratando de desarrollar cada una por su lado las competencias operativas (las empresas) y las competencias cognitivas (el mundo académico). Lo anterior pone de manifiesto que no buscan los mismos logros, pues mientras los empresarios sólo buscan personas eficientes que les permitan incrementar sus riquezas sin considerar el lado humano de las personas (hacerlos competitivos), por su parte el ámbito educativo persigue y trata de lograr el desarrollo de la educación integral (las competencias), es decir, busca que la persona desarrolle todos y cada uno de los aspectos que al la integran y que a su vez la convierten en un ser humano.
Las nociones de capacidad y capacitación, se refieren a esquemas educativos ligados a la acción misma y a los espacios propios de la empresa, y el mundo académico ha sido utilizado para “hacer a alguien capaz de” para convertirse en un concepto que identifica los programas formativos propios de las empresas con fines estrictamente operativos y utilitarios. Se capacita en y para la acción misma y en esta realidad, lo necesario es tratar de encontrar el punto intermedio en donde tanto los docentes como funcionarios académicos, sean capaces de analizar esta problemática, antes de lanzarse a modificar y operar nuevos planes de estudio los cuales en ocasiones solo se fundan en el discurso.
En cuanto al aprendizaje, es necesario considerar los conocimientos como una realidad construida por el propio sujeto en el proceso mismo de aprenderla y no como la incorporación por parte del sujeto de ciertos contenidos provenientes del exterior; por esta razón tener el conocimiento de cómo aprenden nuestros alumnos es fundamental para lograr una planeación de actividades con el objeto de generar el aprendizaje. Desde este punto de vista, se puede considerar que el aprendizaje genera cambios que ocurren en el aprendiz (que puede ser alumno u otro) en tanto persona y esos cambios no se pueden evaluar a partir de un examen tradicional, pues el mismo no permite el análisis y la reflexión acerca de los cambios estructurales y personales ocurridos en los estudiantes en tanto seres humanos.
Cuando el ser humano aprende, está optando por una forma concreta de apropiación de la realidad, del mundo; por esta razón es incorrecto y resulta poco eficaz que el aprendizaje educativo se centre en contenidos y en el proceso enseñanza-aprendizaje y no en la identidad personal y en el proceso de transformación del sujeto por esta razón es indispensable modificar los viejos paradigmas educativos en general.
En relación al aprendizaje significativo. El ser humano aprende significativamente solo aquello que percibe como necesario para la sobrevivencia o el desarrollo del si mismo, los nuevos conocimientos pueden ser asimilados a los viejos conocimientos, dentro, siempre, de la estructura cognitiva del sujeto; en este sentido se puede establecer que es de gran importancia poner en contacto directo el aparato cognitivo con los hechos mismos de la realidad sobre los cuales se pretende generar el aprendizaje; sin embargo, no se deben evitar los excesos y además también es importante el discurso en el aula por parte de los docentes, porque representan elementos que se complementan y la existencia de uno no le quita importancia ni excluye el otro. Un gran porcentaje de los significados que le son relevantes al ser humano, están por lo tanto también el lenguaje, a través del discurso puede generar aprendizajes significativos.
En cuanto al aprendizaje situado. Para que se genere este aprendizaje, es necesario ubicar una serie de realidades que despierten el interés y que permitan la acción y a través de ellas desarrollar unas determinadas competencias, es decir, este aprendizaje sólo puede producirse en la acción y guarda una relación muy estrecha con el aprendizaje significativo, pues al situar el aprendizaje dentro del interés del estudiante también simultáneamente se esta garantizando en alguna manera el aprendizaje significativo; por esta razón la propuesta del bachillerato tecnológico de utilizar un tema integrador de acuerdo al interés de los alumnos y de ahí partir a las diferentes asignaturas para elaborar la planeación de actividades, que tendrán un tema común a desarrollar, analizado desde diferentes perspectivas, situando el aprendizaje y haciéndolo significativo. Teniendo en consideración de que no todo sitio cognositivamente hablando, es un lugar físico y concreto, ni la acción humana es simple actividad, por esta razón se tiene que tener en cuenta la edad, el tipo de razonamiento, el grado de reflexión y las posibilidades de nuestros estudiantes.
En cuanto a la definición de competencia. Debemos entender por competencia a la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos.
La competencia es una capacidad y se menciona que una persona que capacita, es aquella que coloca al estudiante en las situaciones que lo obligan a alcanzar un objetivo, resolver problemas, tomar decisiones, etc. En el contexto educativo capacitación, el proceso mediante el cual un maestro facilita que el estudiante se vuelva capaz de enfrentar una situación problemática determinada utilizando el recurso de la acción, algunas veces pero también, acompañando tal recurso con elaboraciones discursivas apropiadas, por esta razón, los docentes debemos de considerarnos capacitadores y desarrollar competencias en nuestros estudiantes.
Las competencias, en cuanto a la movilización de saberes. Las competencias entendidas como estructuras cognitivo-operativas complejas y los saberes como unidades de comprensión y acción real o unidades cognitivas que nos permiten, sobre todo, comprender la realidad y actuar en consecuencia de una determinada manera; ahora bien, estas unidades cognitivas, se fundan siempre en algún tipo de conocimiento, ya que tanto las habilidades, los valores y las actitudes, parten de la comprensión de un determinado conocimiento del objeto sobre del cual se ven exigidas a movilizarse y los conocimientos se ven movilizados justo en el mismo momento en que la estructura que los contiene es exigida a ponerlos al servicio de una competencia debido a la acción del sujeto sobre una determinada realidad problemática; por lo tanto, la movilización supone unos conocimientos movilizados y una estructura cognitiva que los moviliza.
Las competencias por lo tanto no son un simple esquema, sino que sirven para organizar un conjunto de esquemas que nos darán la posibilidad de actuar y resolver problemas por ello es necesario trabajar proyectos que impliquen la utilización por parte de los estudiantes de sus conocimientos previos para ponerlos en práctica e ir en pos de los nuevos conocimientos, para ello los maestros hemos de diseñar situaciones problemáticas que induzcan a la organización de los esquemas de entendimiento de los estudiantes, en el proceso serán construidos los nuevos conocimientos debido a que los viejos esquemas se verán forzados a reorganizarse generando así una nueva competencia.
El aprendizaje: construcción de uno mismo. Las competencias se desarrollan gracias a la existencia de unos conocimientos previos, de una estructura cognitiva y una situación problemática que desencadena el proceso una vez que el sujeto ha elegido la acción, para resolver la situación a la que se enfrenta. Esa estructura que moviliza conocimientos constituye lo que Piaget llama “la organización de esquema” y constituye un proceso de aprendizaje que va más allá de sólo incorporar al sujeto conocimientos provenientes de la realidad. Así el conocimiento no puede concebirse como si estuviera predeterminado, ni por las estructuras internas del sujeto, puesto que son el producto de una construcción efectiva y continua, ni por los caracteres preexistentes del objeto, ya que sólo son conocidos gracias a la mediación necesaria de esas estructuras, las cuales los enriquecen al encuadrarlos. Al construir el conocimiento el sujeto se modifica estructuralmente. Su organización de esquemas cambia a cada paso como producto de los procesos de asimilación-acomodación. La cognición comienza en la frontera entre el yo y el objeto; el sujeto es concebido como una entidad siempre organizada que acomoda sus esquemas a la realidad externa a medida que asimila la realidad a los esquemas. Es decir, el aprendizaje es la apropiación de la realidad y construcción del si miso, y por ello precisamente, aprendizaje significativo. En cuanto a las ideas anteriores, es común que los docentes cometamos el error de planear las actividades, antes de conocer los conocimientos previos de nuestros alumnos los cuales son fundamentales para la construcción de los nuevos conocimientos y no hacemos posible que ocurra esa transformación, aunque todo tipo de aprendizaje tiene siempre algún grado de significación para cada sujeto.
El maestro como mediador del conocimiento. Los maestros no pueden ser considerados como mediadores, transmisores ni tampoco proveedores del conocimiento, porque no se puede mediar ni transmitir conocimientos, menos se puede “colocar” un interés donde no lo hay. No es posible mediar ni facilitar el aprendizaje significativo, sencillamente, porque el maestro no puede mediar ni facilitar las necesidades cognoscitivas intrínsecas del estudiante que fundan sus procesos de adaptación. Puede proveer las herramientas físicas o psicológicas que supone que el estudiante necesita, pero la consecuencia de esta acción fundada en tal suposición puede resultar muy azarosa, ya que bien puede el estudiante estar necesitando herramientas muy distintas de las que el maestro supone. No debemos olvidar que el maestro también está en proceso continuo de adaptación. Al enseñar, el maestro está aprendiendo realidades, haciéndolas propias, y por tanto construyéndose a si mismo al igual que lo hacen los estudiantes (aprendizaje con h)a. Por lo tanto no podemos enseñarle a nadie directamente, sólo podemos contribuir a facilitar su aprendizaje tratando de crear las condiciones en el aula para tal efecto, sin que estas, amenacen la estructura del si-mismo del estudiante para que el aprendizaje pueda ser más significativo; mucho tendrá que ver también, el hecho de que los contenidos sean coherentes, organizados con claridad, entrelazados a ideas organizadoras que pueden ser aprendidas y retenidas y que les permitan a los estudiantes su aplicación.
Situar el aprendizaje en el interés del estudiante. Para hacer posible situar el aprendizaje en el interés del alumno, es necesario considerar 3 tipos de interés: 1) el interés por controlar la realidad, 2) el interés por interpretar y comprender la realidad y 3) el interés por transformarla. Es decir, debemos entender pues que situar el aprendizaje, implica favorecer el descubrimiento, por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo partiendo de su capacidad real de aprendizaje y valorando las posibilidades de construir conocimientos que tengan para él sentido. Y al respecto el papel del docente creo es fundamental, ya que debe de planear actividades que despierten el interés por parte del estudiante, que lo motiven, que se conviertan en un reto para el, pero sin llegar al extremo de que resulten tan difíciles al grado que lleguen a confundirlo o frustrarlo.
Para finalizar se presenta el siguiente cuestionamiento: ¿el aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Si partimos de la idea, que el aprendizaje comprende la incorporación por parte del sujeto de unos ciertos contenidos provenientes del exterior y el examen a base de preguntas significa la manera de evaluar que tantos contenidos llegaron o tuvo la capacidad de retener el individuo, pues podría ser aceptado parcialmente sobre todo para medir que tanto puede memorizar el sujeto en cuestión (habría que ver que tanta importancia puede tener en la actualidad), pero si analizamos los conceptos de las nuevas corrientes pedagógicas que explican detalladamente lo que implica el aprendizaje significativo, situado, con “h”, etc., es obvio que este instrumento o técnica se queda corto, y posiblemente este en vías de extinción, ya que no tiene la posibilidad de analizar y reflexionar sobre los cambios estructurales y personales ocurridos en los estudiantes en tanto seres humanos y más allá de unos determinados contenidos programáticos, que nunca pueden concebirse como más importantes que el desarrollo integral de los alumnos. Aquí lo ideal es trabajar en base a proyectos, en la resolución de problemas y los docentes capacitarnos para posibilitar la evaluación de los progresos y las competencias que vallan adquiriendo nuestros alumnos.

Saludos cordiales

Atte. Jesús Udave López